Según los economistas y reclutadores nunca ha habido un mejor momento para pedir un incremento de sueldo. Las noticias son aún mejores para quienes cobran por su trabajo al otro lado del Atlántico.
Según Robert Walters, empresa de contratación profesional, se espera que los presupuestos de nóminas de las empresas británicas se incrementen entre un 10% y un 15% este año, el mayor aumento desde 2008. En el extremo superior del rango -el 15%- ese gasto presupuestario para salarios sería aproximadamente tres veces la tasa de inflación en el Reino Unido, lo que daría a los trabajadores ganancias reales que superan ampliamente la inflación que devora los salarios. Según Robert Walters, las empresas de Francia, Alemania, Suiza, España y los Países Bajos tienen previsto presupuestar cantidades similares este año para atraer y mantener el talento.
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Puede ser disculpado por no acordarse de la última vez que los trabajadores tuvieron el poder en las negociaciones salariales. Incluso con el mercado laboral más ajustado de la historia, los trabajadores estadounidenses tienen esencialmente el mismo poder adquisitivo que hace 40 años (y la mayoría de las ganancias han ido a parar a los mejor pagados).
La crisis financiera mundial puso fin a todo ello de forma abrupta. El crecimiento salarial en Europa se redujo a partir de la última mitad de 2008 y se mantuvo estancado mientras la mayor parte del continente entraba en una década perdida de bajo crecimiento y minúscula inflación.
Sin embargo, ahora está surgiendo un nuevo ciclo salarial que vuelve a favorecer claramente al trabajador. Para algunos oficios especializados -como los especialistas en informática, los juristas y los jefes de operaciones- la década perdida ha llegado a su fin de forma abrupta, con un crecimiento salarial en alza, incluso muy superior a la inflación.